Este documento contiene la gramática escrita por L.L. Zamenhof y publicada en 1887.



Doctor Esperanto

Lengua
INTERNACIONAL
INTRODUCCIÓN
Y
MANUAL COMPLETO

Para españoles

Original francés publicado en Varsovia el 12 de septiembre de 1887.

Para que una lengua sea universal
no basta darle ese nombre.
Traducido al español por Jesús de las Heras Jiménez en 1993.

INTRODUCCIÓN

Zamenhof en 1894

El lector desconfiará sin duda cuando ponga los ojos en este librito; suponiendo que trata de una utopía imposible de realizar. Sin embargo yo le rogaría renunciase a ese prejuicio y considerase seriamente y sin prevención lo que me propongo tratar en esta pequeña obra.

No quiero extenderme mucho en la importancia inmensa que tendría para la humanidad la existencia de una lengua internacional, reconocida por todos los pueblos, una lengua que sería la propiedad común del universo entero, sin pertenecer especialmente a ninguno de los pueblos existentes. Cuánto tiempo y fatiga invertimos en aprender una o más lenguas extrañas, a pesar de lo cual somos incapaces de hablar a la gente en su idioma cuando viajamos al extranjero. Cuánto tiempo, esfuerzo y dinero se invierte también en traducir las producciones literarias de una nación a la lengua de otra, y sin embargo, no estamos en situación de disfrutar más que de una parte ínfima de esas literaturas extranjeras. Si existiera una lengua internacional todas las traducciones se verterían a esta lengua y otras obras, que en sí mismas tendrían entonces un carácter internacional, serían escritas en esta lengua. El muro infranqueable que separa las literaturas se desplomaría y las obras de los demás pueblos nos serían tan accesibles como las de nuestra propia nación. La lectura se volvería común a todos y con ella la educación, el ideal, las convicciones, las tendencias: todos los pueblos se encontrarían reunidos en una sola familia.

Obligados a economizar nuestro tiempo para consagrarlo al estudio de las diversas lenguas, no estamos en situación de consagrarle el suficiente a ninguna: así, por una parte es extraño que haya gente que domine perfectamente incluso su propia lengua, y por otra parte las lenguas extranjeras no se pueden perfeccionar en la medida que deberían. Por ello nos hemos visto a veces forzados a apropiarnos de palabras, incluso expresiones enteras, de otras lenguas para no expresarnos con poca exactitud e incluso pensar incorrectamente, vista la pobreza relativa de cada idioma, que a menudo no tiene la riqueza deseada en una u otra dirección. El medio para remediar estos defectos sería no poseer más que dos lenguas, lo que nos pondría a cada uno en situación de dominarlas más pronto, y cada lengua en sí misma podría desarrollarse mejor y esperar un grado más alto de perfección y de riqueza. Puesto que es la lengua el motor principal de la civilización, gracias a ella los hombres se han elevado tan alto por encima de los animales; cuanto más perfecta es su lengua, más accesible al progreso es una nación. La diferencia de las lenguas es una de las fuentes principales de la diferencia y de la hostilidad recíproca entre sus naciones respectivas, puesto que es la lengua la que sorprende antes de nada a los hombres cuando se encuentran: no teniendo el medio de hacerse comprender, nos evitamos los unos a los otros. Al encontrarse, los hombres no se informan de sus opiniones políticas, de la parte del globo donde viven sus antepasados desde hace más o menos tiempo, pero hablan y pronto cada sonido de las palabras que dicen les recuerda que son extranjeros el uno al otro. El que haya vivido casi siempre en una ciudad donde se hieren diferentes naciones hostiles ciertamente comprenderá y apreciará el servicio inmenso que prestaría una lengua internacional que sin mezclarse en la vida interior de los pueblos, pudiese ser, por lo menos en un país habitado por diferentes nacionalidades, lengua oficial y secular. Parece inútil extenderse sobre la enorme importancia que tendría una lengua internacional para las ciencias y el comercio. Todo aquél que haya reflexionado seriamente sobre esta cuestión, aunque sea sólo una vez en la vida, ha debido necesariamente reconocer que no habría sacrificio demasiado grande para conseguir una lengua universal. Por ello todo intento en esta dirección, por pequeño que sea, debería atraer nuestra atención. La cuestión que presento hoy al público es el fruto de un trabajo madurado por largos años de trabajo; me atrevo pues a halagarme con la esperanza de que en consideración a su gran importancia el lector tendrá a bien darme un poco de su tiempo y leer atentamente este librito hasta el final.

No me he propuesto analizar aquí todos los intentos que se han hecho ya con el fin de crear una lengua internacional. Me contentaría con atraer la atención del lector al hecho de que todos estos intentos se han limitado a crear un sistema de signos para expresar brevemente el pensamiento en caso de necesidad, o se han restringido exclusivamente a una simplificación natural de la gramática y a cambiar las palabras que existen en las lenguas actuales por otras inventadas al azar.


Los intentos de la primera categoría eran tan complicados y tan poco prácticos que perecieron casi en el momento de su nacimiento. Los de la segunda categoría presentaban en verdad algo que se parecía a una lengua, pero no tenían nada de internacional. No se sabe porqué sus autores les han dado el nombre de lenguas universales, a menos que sea por la razón de que en el universo entero no se encuentre ni una sola persona que pueda hacerse entender con la ayuda de estas lenguas. Si para la universalidad de una lengua basta que se le llame universal todas las lenguas que existen podrían, siguiendo el deseo de individuos particulares, convertirse en lengua universal.

Todos estos intentos contaban ingenuamente con el placer que su aparición causaría al mundo y la sanción unánime que se le concedería indudablemente. Pues bien, esta sanción unánime es precisamente lo que es más difícil de adquirir, vista la indiferencia del mundo hacia todos los ensayos, proyectos que no traen un beneficio inmediato y palpable y que no cuentan más que con su buena voluntad de inmolar su tiempo para el bien público. La mayoría de la gente se interesa poco por estas cosas y los que tienen algo de interés juzgan que no vale la pena perder el tiempo en aprender una lengua que nadie comprende, a excepción de su autor. Que primero, dicen,empiece a aprenderla todo el mundo o por lo menos varios millones de personas, y entonces yo también la aprenderé. ésa es la razón por la que una obra que no presente utilidad para cada interesado tomado aisladamente más que a partir del momento en que haya adquirido previamente un número suficiente de seguidores, no encuentra adeptos y muere en el momento de su nacimiento. Si, según esto, uno de los últimos intentos de este tipo, conocido con el nombre de Volapuk, ha adquirido, digamos, un número de adeptos, es que la idea de una idea de una lengua universal es tan atractiva y tan elevada que encuentra entusiastas, que -cualesquiera que sean sus probabilidades de éxito, estén dispuestos a sacrificar su tiempo para contribuir a su realización. Pero el número de entusiastas no sobrepasará un cierto límite, porque el mundo frío e indiferente no querrá consagrar su ocio únicamente para hacerse comprender por un número pequeño de individuos, de manera que este último intento, como todos los que le han precedido, está destinado a desaparecer sin haber traído fruto.

La cuestión de una lengua internacional me ocupa desde hace mucho tiempo, pero no me considero más capaz ni más enérgico que los autores de los intentos precedentes que no han obtenido resultado, sino que me he contentado con hacer de ello el tema de mis reflexiones constantes. Pero algunos pensamientos afortunados, fruto de estas reflexiones, me daban el valor para continuar mi trabajo y me animaban a intentar, aunque no pudiese superar sistemáticamente todos los obstáculos que se presentaran para crear y poner en uso una lengua universal racional. Creo haber triunfado más o menos, y es el fruto de este trabajo perseverante lo que ofrezco ahora al juicio benevolente de los lectores.

Los principales problemas que habría que resolver son los siguientes:

  1. Que la lengua sea extremadamente fácil, de manera que se pueda aprender, como si dijéramos, de pasada.

  2. Que cada una de las personas que aprendan esta lengua puedan inmediatamente aprovecharla para hacerse comprender por personas de diferentes naciones, tanto si encuentra la aprobación universal, como si no la encuentra, es decir, que esta lengua pueda servir de verdadero intermediario en las relaciones internacionales.

  3. Encontrar los medios de superar la indiferencia de la mayoría de las personas, y forzar a las masas a hacer uso de la lengua presentada, como lengua viva, pero no sólo con la ayuda del diccionario.

De todos los proyectos presentados al público en diferentes épocas y a menudo bajo el nombre sonoro de lengua universal, que no merecían, no ha habido uno solo que haya acometido la resolución de más de uno de los problemas enunciados, y además no lo han resuelto más que en parte.
Además de esos problemas hay otros que habría que resolver también, pero no los considero esenciales, y no me entretendré más en ellos.
Antes de exponer la manera en que he resuelto los problemas citados más arriba, rogaría al lector que tomase en consideración su importancia y no juzgar demasiado ligeramente mi método, por la única razón que puede parecer demasiado simple. Si hago esta aclaración es porque sé la inclinación de la mayor parte de la gente en no estimar ante ciertas cosas, las que les parecen complicadas, más extensas y más difíciles de comprender. Al ver un manual tan pequeño, que comprende reglas de una simplicidad extrema, accesibles a todo el mundo, se tiende a tratarlo con desdén, y sin embargo es precisamente para conseguir esta simplicidad y concisión y para transformar las cosas en sus formas más complicadas donde han tenido origen, en formas más simples, donde se han podido superar las grandes dificultades.

I Problema
He resuelto el primer problema de la manera siguiente:

  1. He transformado la gramática hasta el punto en que alcanza una simplicidad inaudita, conservando, por una parte el espíritu de las gramáticas actuales para facilitar su estudio, y de otra parte sin privarla de la claridad, precisión y flexibilidad.

La gramática completa de mi lengua se puede aprender perfectamente en una hora. Es evidente, pues, cómo semejante gramática facilita el estudio de la lengua.

  1. He creado las reglas para la formación de palabras, y gracias a esta maniobra he reducido enormemente la cantidad de palabras necesarias para aprender, sin privar a la lengua de sus riquezas en modo alguno: todo lo contrario, la ha enriquecido más a ninguna de las lenguas vivas, gracias a la posibilidad de formar de una palabra una gran cantidad de otras y expresar así todos los matices del pensamiento. Lo he conseguido introduciendo prefijos y sufijos, con la ayuda de los cuales se puede formar a partir de una sola palabra muchas otras sin tener necesidad de aprenderlas por separado. Para más comodidad he dado a estos prefijos y sufijos el significado de palabras independientes que, como tales, figuran en el diccionario.

Ejemplo nr.1.El prefijo mal significa lo contrario de la palabra enunciada; de donde resulta que conociendo la palabra bona, bueno, podemos formar la palabra malbona, malo, de forma que no hay necesidad de una palabra aparte para expresar la idea de malo; alta, alto-malalta, bajo, estimi, estimar-malestimi, despreciar, y así sucesivamente. Por lo tanto, habiendo tomado la palabra mal estamos exentos de aprender una locura de palabras, como por ejemplo duro (sabiendo la palabra blando), fío, viejo, sucio, distante, pobre, obscuridad, vergüenza, odio, maldecir, etc...

Ejemplo nr. 2. El sufijo in indica el femenino; así con la palabra frato, hermano, podemos formar por nuestra cuenta la palabra fratino, hermana; padre-patro, madre-patrino. Consecuentemente, palabras tales como abuela, hija, mujer, gallina, vaca, etc..., son superfluas.

Ejemplo nr. 3. El sufijo il indica un instrumento para una acción. Por ejemplo, tranæi, cortar, tranæilo, cuchillo; así las palabras peine, hacha, campana, arado, patines, etc..., son innecesarias; y podríamos seguir así hasta unos cincuenta prefijos y sufijos.

He establecido además, como regla general, que las palabra que ya son internacionales (es decir, las palabras llamadas extranjeras) no cambian en la lengua internacional, no toman de ella más que la ortografía. De esta manera no se tiene necesidad de aprender una gran cantidad de palabras, como por ejemplo: átomo, botánica, comedia, desinfectar, doctor, emancipar, forma, figura, locomotora, monopolio, nervio, platina, público, redacción, telégrafo, temperatura, teatro, vagón, etc.

Gracias a las reglas citadas más arriba y también a algunas propiedades de esta lengua, sobre las cuales encuentro inútil extenderme aquí, la lengua se vuelve muy fácil; sólo hay que aprenderse unas 900 palabras para estar al cabo del estudio, incluyendo en este número todas las terminaciones gramaticales, todos los prefijos y sufijos. Con esta pequeña provisión de novecientas palabras se puede, sin poseer una capacidad particular o extraordinaria y sin ningún esfuerzo de ingenio, formar a partir de las palabras y reglas indicadas todas las demás palabras, expresiones y giros necesarios en la vida cotidiana. Además, estas 900 palabras -que figuran mas abajo están escogidas de tal modo que cualquier persona, por poca cultura que tenga, se las aprenderá con una facilidad extrema. Así, el estudio de esta lengua rica, armoniosa, que todo el mundo puede comprender (la razón de ello se explicará más abajo) no exige más que un cierto número de años, como sí demandan las otras lenguas: para aprenderla basta el trabajo de algunos días.

IIdo. Problema
En cuanto al segundo problema, lo he resuelto de la manera siguiente:

  1. He introducido una desarticulación completa de las ideas en palabras independientes, de manera que la lengua comprenda sólo palabras invariables en lugar de palabras sumidas en diversas formas gramaticales. Si se toma una obra escrita en esta lengua, se verá que cada palabra viene siempre bajo una sola y única forma, que es justamente la que figura en el diccionario. todas las diferentes formas gramaticales, referencias mutuas entre palabras, se expresan aquí por la unión de palabras invariables. Pero como una construcción semejante de la lengua es en principio extraña para los pueblos europeos, y a la que será difícil de habituarse, he facilitado completamente la desarticulación de la lengua al espíritu de las lenguas europeas, de forma que aquél que aprenda esta lengua con el manual, sin haber leído el preámbulo y la introducción (lo que queda no es necesario para el estudio mismo de la lengua) no perciba que la construcción de esta lengua difiere de su lengua materna. Por ejemplo, el origen de la palabra fratino, que en realidad está formado por tres palabras: frat (hermano), in (mujer) y o (lo que es), cuya traducción literal es lo que es hermano mujer, está explicado en el manual de la manera siguiente: hermano=frat; pero como cada substantivo se termina en nominativo en -o, resulta frato; para la formación del género femenino se coloca el sufijo in: de ahí la palabra hermana=frat,in,o. Las comas se ponen porque la gramática exige que se les coloque entre las partes de que se ha formado la palabra. De esta manera esta desarticulación de la lengua no molesta nada a quien la aprende; no se duda incluso que lo que se llama prefijos o afijos no son más que palabras independientes, que conservan siempre el mismo significado, tanto si se les usa al final o al principio de las palabras, o incluso como palabras independientes; y cada una de estas palabras se puede utilizar como raíz o como parte gramatical. Y sin embargo el resultado de esta formación es tal, que todo lo que se escribe en la lengua internacional se comprenderá inmediatamente en su sentido preciso (con o sin la ayuda del diccionario), no solamente por todos los que tienen un dominio exacto de la gramática, sino también por los que no conocen su existencia. Veamos un ejemplo:

Supongamos que me encuentro en Francia, sin conocer una sola palabra de francés, y tengo por ejemplo necesidad de dirigirme a alguien: le escribo en un papel, en la lengua internacional, supongamos que las palabras siguientes:

Mi ne sci,as kie mi las,is la baston,on,; æu vi øi,n ne vid,is?

Le presento el diccionario internacional-francés, mostrándole la primera página donde se encuentra impresa, en grandes letras, la frase siguiente:

Todo lo que está escrito en la lengua internacional puede ser comprendido con la ayuda de este diccionario. Las palabras que forman juntas una sola idea se escriben juntas, pero se separar unas de otras por comas; por ejemplo, la palabra frat,in,o, que expresa una sola cosa, está formado por tres palabras, y cada una de ellas se busca aparte.

Si mi interlocutor no ha oído jamás hablar de la lengua internacional, comenzará por abrir los ojos de asombro, y después tomará mi papel y buscará en el diccionario y encontrará lo que sigue:

Esperanto francés [español]
Mi moi yo
ne ne no
sci savoir saber
aspresentpresente
kiedónde
mi
laslaisserdejar
is passé pasado
la le el
baston batôn bastón
osustantifsubstantivo
n accusativ acusativo
Æu [commence ?] ¿
Vi vous Vd., tú
øiilello
n
neneno
vid voir ver
is

De esta manera el francés comprenderá claramente lo que se le quiere decir. Si quiere responder, le mostraré el diccionario francés-internacional, al comienzo del cual está escrito lo que sigue:

Si Vd. quiere expresar algo en lengua internacional sírvase de esta parte del diccionario para buscar las palabras y el suplemento gramatical para buscar las terminaciones y formas gramaticales.

Puesto que en ese suplemento, como se ve en el manual, todas las reglas gramaticales de cada parte de la oración no ocupa más que algunas líneas, la búsqueda de la terminación para expresar la forma gramatical que se necesita no ocupará más tiempo que la de una palabra en el diccionario.

Quisiera centrar la atención del lector en el punto expuesto, tan sencillo a primera vista pero que es de extrema importancia práctica. Es evidente que no estaréis en estado de haceros entender en ninguna otra lengua por alguien que no la hable, incluso con la ayuda del mejor diccionario, ya que para saber usar un diccionario en una lengua hay que conocerla por lo menos. Para saber encontrar una palabra deseada en el diccionario hay que conocer su raíz; sin embargo en las uniones de la frase la mayor parte de las palabras se usan con transformaciones gramaticales, que a menudo no recuerdan nada a la forma primitiva de la palabra; pues a estas palabras se unen diferentes sufijos y prefijos que cambian el aspecto y el sentido, tanto, que sin un conocimiento previo de la lengua no encontraríais casi ninguna de esas palabras en el diccionario, e incluso las palabras que ya se han encontrado no nos darían ninguna idea exacta de lo que significa la frase. Así, si yo escribiese por ejemplo en alemán la frase citada más arriba: Ich weiss nicht, wo ich den Stock gelassen habe, haben Sie ihn nicht gesehen?; los que no conociesen la lengua alemana encontraría en el diccionario lo que sigue:

yo-blanco-no-donde-yo-yo-?-piso- bastón-de sangre fría-la fortuna-tener-ella, ellos, ustedes-?-no-?-

(Los puntos de interrogación significan que las palabras que substituyen no se encuentran en el diccionario, puesto que son formas gramaticales de otras palabras). Paso por alto que los diccionarios, incluso los que se dicen de bolsillo, de las lenguas conocidas son extremadamente amplios, y que después de haber buscado dos o tres palabras seguidas se está cansado, mientras que gracias a la desarticulación de las ideas que he introducido en la lengua internacional, el diccionario de esta lengua es extremadamente pequeño y fácil de manipular; igualmente es de notar aún que en las lenguas conocidas cada palabra tiene en el diccionario varios significados, de los que hay que escoger uno al azar. Si imaginamos una lengua que tenga una gramática de lo más ideal y simple con significados definidos para cada palabra, se llegaría sin embargo a que para hacer comprender nuestro escrito a nuestro interlocutor o correspondiente con la ayuda de un diccionario haría falta que éste hubiese no solamente aprendido previamente la gramática de esta lengua, sino que estuviese lo suficientemente versado en ella para poder orientarse con facilidad y poder distinguir las palabras originales de las palabras alteradas por las formas gramaticales, derivadas o compuestas, es decir, que la ventaja de recurrir a la lengua dependería del número de sus adeptos, en cuya ausencia sería nula. Si estuviéramos, por ejemplo, en un vagón de ferrocarril y queriendo interrogar al vecino así: ¿cuánto tiempo nos detendremos en N?, exigiríamos ciertamente que él tomase la gramática de nuestra lengua. En la lengua internacional podemos ser comprendidos por cada extranjero no solamente si esta lengua no le es familiar, sino incluso si ignora su misma existencia. Un libro escrito en la lengua internacional puede ser leído por cualquiera, sin la menor preparación, y sin tener necesidad de leer prefacio alguno que explique el empleo del diccionario; en fin, un hombre letrado no tendría incluso necesidad de hacer demasiado uso del diccionario, como se verá más abajo.

Supongamos que queremos escribir a un turco de Ankara, cuya lengua no conocemos y él tampoco conoce la nuestra, y dudamos que él conozca la lengua internacional o que incluso haya oído hablar de ella; ¡podemos sin embargo escribirle en la seguridad de ser comprendidos! Como se ve en el ejemplar adjunto, el diccionario completo de las palabras necesarias en la vida cotidiana no ocupa, gracias a la construcción particular de esta lengua, más que una hoja, lo que facilita su introducción en el sobre: así no hay más que escribir una carta en la lengua internacional y añadir el diccionario en lengua turca, que se puede procurar por poco dinero, y el destinatario puede comprender la carta, puesto que este pequeño diccionario encierra no solamente la clave de la carta, sino que indica su destino y la manera de servirse de él. Como las palabras de esta lengua son adecuadas a innumerables relaciones recíprocas, se puede con la ayuda del pequeño diccionario expresar todo lo que se necesite decir en el curso ordinario de la vida. Ni que decir tiene que las palabras que se encuentran raramente, las palabras técnicas y también la palabras llamadas extranjeras, que se puede presumir que se conozcan en todo el mundo, como por ejemplo tabaco, teatro, fábrica y otras semejantes, no están en el diccionario porque si surgiese la necesidad de usar palabras parecidas y no se les pudiese substituir por otras o por perífrasis habría entonces que hacer uso del diccionario completo, que no habría necesidad de expedir al mismo tiempo que la carta, como hemos dicho más arriba; bastaría escribir entre paréntesis la traducción de estas palabras en la lengua del destinatario.

  1. Así, gracias a la construcción de la lengua, se puede charlar con cualquiera. La única incomodidad (puesto que lo único que falta es la adopción universal de esta lengua) consiste en que en cada ocasión deberemos esperar a que el interlocutor haya analizado la frase propuesta. Para obviar esta incomodidad he ideado la forma siguiente: no he compuesto las palabras de mi diccionario al azar, sino que las he tomado, tanto como he podido, entre las palabras conocidas, entre las palabras conocidas de las personas cultas. Por ejemplo, las palabras empleadas indistintamente en todas las lenguas de los pueblos civilizados se conservan sin ningún cambio; entre las palabras que tienen diferentes sonidos según las distintas lenguas he tomado las que son comunes a dos o tres de las lenguas principales europeas, o las que, aunque no pertenezcan más que a una sola lengua son sin embargo populares en otras naciones; en cuanto a las palabras cuyo sonido difiere en cada lengua, me he ocupado de encontrar aquellas cuyo significado sea el más cercano y que sea conocido por todas las naciones principales. Por ejemplo, la palabra prójimo tiene en cada lengua un sonido diferente, pero basta importar del latín la palabra proximus (el más próximo), que, con ciertas alteraciones se emplea en todas las lenguas principales; si por consecuencia llamo a la palabra prójimo proksim,o seré comprendido más o menos por todas las personas cultas. En los demás casos he tomado las palabras de la lengua latina, como lengua que ya es internacional a medias. No sigo esta regla más que en algunos casos aislados, como por ejemplo para evitar los homónimos, para simplificar la ortografía, y en algunos casos análogos. De esta manera, al corresponder con un europeo que posea una instrucción media, aunque no haya aprendido la lengua internacional, puedo sin embargo estar seguro no solamente de que me va a comprender, sino también de que mi destinatario no tendrá ningún problema para buscar las palabras en el diccionario, del que sólo hará uso para las palabras de significado dudoso.

Tras haber explicado en qué consiste la esencia de la lengua internacional, doy algunos ejemplos de fragmentos en esta lengua para que el lector pueda verificar por sí mismo las consideraciones que he hecho valer más arriba.

I. Patr,o Ni,a.

Patr,o ni,a, kiu est,as en la æiel,o, sankt,a est,u Vi,a nom,o, ven,u reø,ec,o Vi,a est,u vol,o Vi,a kiel en la æiel,o tiel ankaý sur la ter,o. Pan,o,n ni,a,n æiu,tag,a,n don,u al ni hodiaý kaj pardon,u al ni þuld,o,j,n ni,a,j,n kiel ni ankaý pardon,as al ni,a,j þuld,ant,o,j; ne konduk,u ni,n en tent,o,n, sed liber,ig,u ni,n de la mal,ver,a, æar Vi,a est,as la reg,ad,o, la fort,o kaj la glor,o etern,e. Amen!

II. El la Bibli,o.

Je la komenc,o Di,o kre,is la ter,o,n kaj la æiel,o,n. Kaj la ter,o. Kaj la ter,o est,is sen,form,a kaj dezert,a, kaj mal,lum,o est,is super la profund,a¼,o kaj la anim,o de Di,o sin port,is super la akv,o. Kaj Di,o dir,is: est,u lum,o; kaj far,iø,is lum,o. Kaj Di,o vid,is la lum,on, ke øi est,as bon,a, kaj nom,is Di,o la lum,o,n tag,o, kaj la mal,lum,o,n Li nom,is nokt,o,n. Kaj est,is vesper,o, kaj est,is maten,o -unu tag,o. Kaj Di,o dir,is: est,u firm,a¼,o inter la akv,o, kaj øi apart,iø,u akv,o,n de akv,o. Kaj Di,o kre,is la firm,a¼,o,n kaj apart,ig,is la akv,on kiu est,as sub la firm,a¼,o de la akv,o kiu est,as super la firm,a¼,o; kaj far,ig,is tiel. Kaj Di,o nom,is la firm,a¼,o,n æiel,o. Kaj est,is vesper,o, kaj est,is maten,o -la du,a tag,o. Kaj Di,o dir,is: kolekt,u si,n la akv,o de sub la æiel,o unu lok,o,n, kaj montr,u sin sek,a¼,o; kaj fariøis tiel. Kaj Di,o nom,is la sek,a¼,o,n ter,o, kaj la kolekt,o,j,n de la akvo Li nom,is mar,o,j.

III. Leter,o.

Kara amiko!

Mi prezent,as al mi ki,a,n vizaø,o,n vi far,os post la ricev,o de mi,a leter,o. Vi rigard,os la sub,skrib,o,n kaj ek,kri,os; æu li perd,is la saø,o,n?! Je ki,a lingv,o li skrib,is? Ki,o,n signif,as la foli,et,o ki,u,n li al,don,is al si,a leter,o? Trankvil,iø,u, mia kar,a! Mi,a saø,o, kiel mi almenaý kred,as, est,as tut,e en ord,o.

Mi leg,is antaý kelk,a,j tag,o,j libret,o,n sub la nom,o Lingv,o Internaci,a. La aýtor,o kred,ig,as, ke per ti,u lingv,o oni pov,as est,i kompren,at,a de la tut,a mond,o, se eæ la adres,it,o ne sol,e ne sci,as la lingv,o,n, sed eæ ankaý ne aýd,is pri øi; oni dev,as sol,e al,don,i al la leter,o mal,grand,a,n foli,et,o,n nomat,a,n vortar,o. Dezir,ant,e vid,i æu ti,o est,as ver,a, mi skrib,as al vi en ti,u lingv,o, kaj mi eæ unu vort,o,n ne al,met,as en ali,a lingv,o, ti,el ki,el se ni tut,e ne kompren,us unu la lingv,o,n de la al,i,a. Respond,u al mi, æu efectiv,e komrpen,is ki,o,n mi scrib,is. Se la afer,o propon,it,a de la aýtor,o est,as efektiv,e bon,a, oni dev,as per æi,u,j fort,o,j li,n help,i. Ki,a,n mi hav,os vi,a,n respond,o,n, mi send,os al vi la libr,et,o,n; montr,u øi,n al æi,u,j loøant,o,j de vi,a urb,et,o, send,u øi,n æi,u,n vilaø,o,n æirkaý la urb,et,o, æi,u,n urb,o,n kaj urb,et,o,n ki,e vi nur hav,as amik,o,j,n aý konat,o,j,n. Est,as neces,e ke grand,eg,a nombr,o da person,o,j don,u si,a,n voæ,o,n -ti,a,n post la plej mal,long,a temp,o est,os decid,it,a afer,o, ki,u pov,as port,i grand,eg,a,n util,o,n al la hom,a soci,et,o.

IV. Mi,a pens,o
Sur la kamp,o, for de l' mond,o,
Antaý nokt,o de somer,o
Amik,in,o en la rond,o
Kant,as kant,on pri l' esper,o.
Jen la penso de Zamenhof Kaj pri viv,o detru,it,a
Þi rakont,as kompat,ant,e,
Mi,a vund,o refrap,it,a,
Mi,n dolor,as re,sang,ant,e.

Æu vi dorm,as? Ho, sinjor,o
Kial tia sen,mov,ec,o?
Ha, kred,ebl,e re,memor,o
El la kar,a infan,ec,o?
Kio,n dir,i? Ne plor,ant,a
Pov,is est,i parol,ad,o
Kun fraýl,in,o ripoz,ant,a
Post somer,a promen,ad,o!

Mi,a pens,o kaj turment,oj!
Fajr,o,n sent,as mi intern,e,

Kiom de mi en silent,o
Viv,i ankaý mi dezir,as,
Al vi ir,is jam ofer,o,j!
Io pel,as mi,n etern,e,
Ki,o,n hav,is mi plej kar,a,n—
Se mi al gaj,ul,o ir,as...
La jun,ec,o,n mi plor,ant,a
Se ne plaæ,as al la sort,o
Met,is mem sur la altar,o,n
Mia peno kaj labo,ro—
De la dev,o ordon,ant,a!
Venu tuj al mi la mort,o,
---En espero -sen dolor,o!

V. El Heine.

Heinrich HeineEn sonø,o princ,in,o,n mi vid,is
Kun vang,o,j mal,sek,a,j de plor,o,—
Sub arb,o, sub verd,a mi sid,is
Ten,ant,e sin kor,o æe kor,o.

De l' patr,o de l' vi,a la kron,o
Por mi øi ne est,as hav,ind,a!
For, for li,a sceptr,o kaj tron,o—
Vi,n mem mi dezir,as, am,ind,a!

Ne ebl,e!, þi al mi re,dir,as:
En tomb,o mi est,as ten,at,a,
Mi nur en la nokt,o,n el,ir,as
Al vi, mi,a sol,e am,at,a!

VI. Ho, mi,a kor'.

Ho, mi,a kor', ne bat,u mal,trankvil,e,
el mi,a brust,o nun ne salt,u for!
Jam ten,i min ne povas mi facil,e
Oh, mia kor'! Ho, mi,a kor'!

Ho, mi,a kor'! Post long,a labor,ad,o
Æu mi ne vink,os en decid,a hor' !
Sufiæ,e! trankvil,iø,u de l' batad,o,
Ho, mi,a kor'!

IIIº PROBLEMA.

Acabo de conseguir el más alto análisis de las principales propiedades de mi lengua; he demostrado las ventajas que ofrece a los que la aprendan; he probado que su éxito no depende nada del interés que la sociedad se tome; que ella tiene verdaderamente el derecho a llamarse lengua internacional, incluso si nadie quiere oír hablar de ella; que en efecto dará a cada uno de los que la aprendan la posibilidad de hacerse comprender por todos los extranjeros, sean de la nación que sean, siempre que por lo menos sepan leer y escribir. Pero mi lengua todavía se ha propuesto otro fin: no es suficiente ser una lengua internacional, debe convertirse también en una lengua universal, es decir, llegar al punto en que la mayor parte de la gente del mundo sepan hablarla correctamente. Contar con el apoyo del público para llegar a ese fin sería construir un edificio sobre la base más frágil y fantástica, porque la gran mayoría del público no tiene ganas de prestar su apoyo a nada, y exige que se le presenten las cosas ya preparadas. Por ello tengo la tarea de encontrar los medios de llegar a este fin independientemente del apoyo del público. Uno de los medios sobre el que me extenderé en detalle, consiste en una especie de sufragio universal.

Si cada lector ha reflexionado sobre lo que he explicado más arriba, llegará a la conclusión de que el estudio de la lengua internacional le presenta ventajas incontestables y recompensa suficientemente los esfuerzos poco considerables que tendrá que hacer para aprenderla; podría pues esperar que la lengua encuentre desde el principio una gran cantidad de adeptos. Pero prefiero estar preparado a coyunturas desfavorables que halagarme en vanas esperanzas optimistas. Admito que no se encontrarán pronto estas personas, que no habrá más que muy pocas personas que encuentren el conocimiento de esta lengua una ventaja bastante marcada para sacrificarle incluso una hora de su tiempo; que la gran mayoría de mis lectores no prestará más que un poco de atención a mi obra y no se decidirá fácilmente a estudiarla, sea por la duda de que les indemnice suficientemente por sus esfuerzos, sea por la creencia de ser tenidos por soñadores -sobrenombre que en nuestra época la mayor parte de la gente considera una especie de vergüenza y que se teme más que otra cosa. ¿Qué hacer entonces para animar a esta masa de indiferentes y de indecisos a ponerse a estudiar la lengua internacional?

Si nuestros deseos pudiesen penetrar el alma de cada uno de esos indiferentes, sin duda nosotros veríamos lo que sigue: que al principio nadie se opone a la introducción de una lengua internacional, que al contrario todos la saludarían con placer, pero que cada uno quisiera que sin el menor esfuerzo ni el menor sacrificio de su parte llegase el día en que la mayoría de la humanidad hablase de pronto esta lengua; es evidente que entonces las personas más indiferentes se aplicarían a aprenderlo, porque ahorrar en este caso un poco de trabajo para aprender una lengua que posee las propiedades enunciadas más arriba y que ya es conocida por la mayoría sería, por no decir más, un gran infantilismo.

Con el fin de presentar al público una obra totalmente dispuesta y para que, sin el menor esfuerzo ni sacrificio de parte de nadie, sea verdad un día que una parte considerable de personas cultas hayan tomado o prometido publicamente aprender la lengua internacional, actúo de la forma siguiente:

El librito actual se enviará a todas las partes del mundo. sin exigir que se tome mi lengua o que se le haga no importa que, que exija trabajo u ocasione un gasto de dinero, ruego a cada lector que quiera tomar la pluma para completar una de las promesas en blanco adjuntas y hacérmelas llegar. La promesa en cuestión contiene lo que sigue: Yo, el firmante, prometo aprender la lengua internacional inventada por el doctor Esperanto tan pronto como diez millones de personas hayan dado públicamente la misma promesa.

Sigue la firma y el sello del firmante y por el otro lado el nombre completo, claramente escrito, con la dirección precisa de la persona firmante. En cuanto a la persona que en principio tenga algo que objetar a la lengua internacional, que tenga a bien enviarme la promesa en blanco, tachando el texto con la inscripción kontraý (contra); mientras que los que quieran aprender la lengua independientemente del número de promesas firmadas harán bien en quitar la segunda parte del texto y substituirla por la inscripción senkondiæe (incondicionalmente).

La firma de una de estas promesas no exige ningún esfuerzo, no entraña ningún sacrificio ni está ligada a nada en caso de fracaso de la empresa: no se compromete a aprender la lengua más que cuando diez millones de personas la quieran aprender. Pero entonces será evidente que por parte del signatario no será un sacrificio, sino una acción que se apresuraría a cumplir, sin estar agobiado por una promesa. Por otro lado cada firma hará avanzar un paso la realización de un ideal tradicional de la humanidad, y esto sin ningún sacrificio individual.

Tan pronto como el número de promesas que se me envíen alcance la cifra de diez millones, todos los nombres de los signatarios serán publicados, así como sus direcciones, en un libro especial, y al día siguiente de la aparición de este libro será manifiesto que diez millones de personas se han comprometido recíprocamente a aprender la lengua internacional: y la cuestión estará resuelta.

Si la firma, que contribuye a la realización de un sublime ideal, no exige al signatario ningún sacrificio moral o material y no le trastorna en nada tenemos el derecho a esperar que nadie se negará a darla. Una negativa, en estas circunstancias, no podría llamarse negligencia, sino más bien pecado: pecado hacia la humanidad; no sería sólo indiferencia por el bien público, sino oposición hecha al proyecto, y no se podría explicar más que por la aprensión que tendría un aristócrata de nacimiento, de las finanzas o de la ciencia, de ver su nombre con el mismo rango que el de una persona de una esfera inferior. Pero me atrevo a esperar, por el honor de la humanidad, que no se encuentre más que algunas personas que, por razones tan mezquinas, quieran obstaculizar la iniciación de una obra tan importante para toda la raza humana.

No hay ninguna duda de que habrá gente que en principio tenga que objetar algo contra el solo hecho de la introducción de una lengua universal, pero podría sin embargo encontrarse quien no la aprueba en cuanto a la forma bajo la que se presenta. A estos les ruego encarecidamente que tengan a bien dirigirme una protesta motivada, en lugar de la promesa mencionada más arriba. Toda vez que el deber de cada un, cualquiera que sea su edad, sexo o posición social, es dar un sufragio de cualquier clase, tanto más que para darlo basta con algunos minutos para llenar el impreso descrito más arriba, y un gasto de algunos céntimos en sello de correos. Aquellos cuyos nombres no figurarán en el libro de sufragio, tanto en la categoría de adeptos o en la de protestatarios, no tendrán nada que hacer valer para su justificación. Con el fin de que nadie pueda excusarse, basándose en su ignorancia de lo que se le pide, se tomarán medidas suficientes para que esta llamada no sea ignorada. Ruego a todas las redacciones de periódico que tengan a bien reproducir el contenido de mi llamada, así como a cada persona en particular, de querer hacerse partícipe de mi proposición a todos sus amigos y a todos sus conocidos.

Tales son las explicaciones que he creído necesario dar a mi obra. Estoy lejos de pretender que la lengua que propongo sea una lengua perfecta, que nada pueda sobrepasarla; pero me he propuesto la tarea, tanto como me ha sido posible, de satisfacer todas las exigencias de una lengua internacional. Sólo después de haber resuelto todos los problemas que me he planteado me he decidido a presentar esta obra al público. Pero no soy más que un hombre, por lo que me he podido equivocar; he podido cometer algún error imperdonable; he podido omitir la incorporación a la lengua las reglas que podrían ser muy útiles. Por eso antes de publicar un diccionario completo y de comenzar la publicación de libros y revistas presento mi obra por el espacio de un año a la aprobación benevolente del público, dirigiéndome a todas las personas cultas, con el ruego de que tengan a bien comunicarme su opinión sobre la lengua nueva que propongo. Que todo aquél que tenga objeciones que hacer se digne hacerme partícipe, por escrito, de los cambios que crea útiles introducir. Agradecidamente consideraré todas las indicaciones que me parezcan indudablemente prácticas, sin no obstante sobrepasar las bases fundamentales de la lengua, es decir: facilidad de estudio y su aptitud absoluta a servir de utilidad internacional, al margen del número de adeptos. Tras los cambios eventuales, que serán el objeto de un librito especial, la lengua adquirirá una forma constante y definitiva. En caso de que las correcciones se consideren insuficientes, no hay que olvidar que la lengua en sí no estará cerrada, en el porvenir, a todas las mejoras posibles, pero la única diferencia será que el derecho a cambiar lo que sea no pertenecerá ya al autor, sino a la autoridad de una academia especial, generalmente reconocida. Lo más difícil de crear una lengua internacional es hacerla aceptar. Además hay que llamar una atención sostenida. Una vez que la lengua esté aceptada, y su uso se haya convertido en general, una academia constante podrá entonces, con facilidad e insensiblemente, introducir todas las mejoras que se juzguen necesarias, debiendo incluso llegar el tiempo en que tales cambios que la lengua actual sea algo irreconocible. También ruego a los lectores que no estén aún satisfechos de mi invento y que, en consecuencia, quieran enviarme protestas en lugar de promesas, de hacerlo sólo en el caso en que tengan motivos serios.

Confío, pues, en la benevolente atención del público este trabajo que me ha costado tanta fatiga y tiempo. Me atrevo a concederme la esperanza de que todos aquellos para los que la humanidad entera sea cara, me ofrezcan su apoyo en todo lo que esté en su mano. Las circunstancias indicarán a cada uno en qué puede ser útil a la empresa; me permitiré sólo atraer la atención de las personas bien dispuestas hacia la lengua internacional, sobre el punto principal en que debemos ahora fijar nuestra atención: en el éxito del sufragio. Que cada uno haga lo que pueda, y esto bastará para que en un tiempo próximo consigamos el ideal soñado desde hace tanto tiempo, a saber una lengua común para toda la humanidad.

El autor ruega al lector que tenga a bien completar una de estas rúbricas adjuntas y enviarlas, distribuyendo las demás a sus amigos y conocidos para que hagan lo mismo1.


1. NOTA DEL TRADUCTOR.El manuscrito original traía 16 rúbricas de éstas, y por el otro lado de la hoja venía el cuadrado en blanco aludido en el texto. Puesto que esta traducción está pensada para difundirse por vía telemática sólo se proporcionan cuatro, rogando que se copie la siguiente página tres veces más si se piensa imprimir para repartir en papel.

PROMESO PROMESO PROMESO PROMESO
Mi, sub,skrib,ita,
promes,as el,lern,i
la propon,it,a,n de
d-r,o Esperanto lingv,o,n
inter,naci,a,n,
se est,os montr,it,a
ke dek milion,o,j
person,o,j don,is
publik,e ti,a,n sam,a,n
promes,o,n.
Subskrib,o:
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MANUAL COMPLETO DE LA LENGUA INTERNACIONAL

a) Alfabeto.-

A a, B b, C c, Ææ, D d, E e, F f, G g, Øø, H h, ¦¶, I i, J j, ¬¼, K k, L l, M m, N n, O o, P p, R r, S s, Þþ, T t, U u, Ý ý, V v, Z z.

NOTAS DEL TRADUCTOR.-

  1. Las letras Æ, Ø, ¦, Þ y Ý son como C, G, H, S, y U respectivamente, pero con un acento circunflejo (Si no las ves como signos raros, es que tienes puesto por defecto el tipo de letra LATIN3, que se puede obtener pulsando aquí). El código ASCII no las incorpora, como tampoco el código ANSI, que es el que utilizan Windows y otros sistemas operativos. Si no utilizas Windows, escríbeme un mensaje para intentar darte otra solución. Pero si utilizas Windows, estos signos característicos del Esperanto te aparecerán en tu pantalla —y en tu impresora— en cuanto elijas como fuente por defecto la LATIN3 ARIAL, que puedes adquirir gratis pulsando en esta línea. Una vez que descomprimas el fichero LATIN3.ZIP, debes agregar la fuente desde Windows —si no te acuerdas cómo se hace, me puedes enviar un mensaje y te lo explico—.

    De todas formas, el propio Zamenhof dio instrucciones para suplir esta carencia, cuando no hay más remedio que escribir sin estos signos: escríbase una h a continuación del signo a distinguir del precedente. Por ejemplo: ch en lugar de æ, sh en lugar de þ, etc... Su recomendación era que la ý se escribiera, en esos casos, como u, pero nosotros podemos utilizar ù, y así distinguir la vocal de la semivocal...

  2. La letra nr. 26 es igual que la anterior, pero con un arco diminuto sobre el signo. Sirve para marcar que es una semivocal. Al ordenador se puede suplir por un acento grave: ù = ý.

  3. Sonidos nuevos para los hispanohablantes:
    1. c: ts de un solo golpe. Aunque muchos pronuncian una t y después una s, eso es un grave error, tanto como pronunciar la ch de dos golpes. De hecho, c es como una ch que se pronuncia apoyando la punta de la lengua (en lugar del dorso) en los alveolos (en lugar de en el paladar).
    2. æ: nuestra ch.
    3. ø: LL española, es decir: africada palatal sonora.
    4. h: jota andaluza, canaria o sudamericana.
    5. : jota del resto de España.
    6. j: i en hiedra, hielo.
    7. ¼: LL de los argentinos.
    8. þ: ch de los andaluces y franceses.
    9. ý: u semiconsonante, como la de huevo.
    10. v: efe sonora, como en todas las lenguas europeas no castellanas. Se pronuncia apoyando el labio inferior contra los dientes superiores y haciendo que vibren las cuerdas vocales al salir el aire.
    11. z: s sonora, como en desde.

b) Partes de la oración.-

  1. Hay sólo un artículo determinado (la) para todos los géneros, números y casos. No hay artículo indeterminado.

  2. El substantivo termina siempre en o. Para formar el plural se añade j. No hay más que dos casos: el nominativo y el acusativo: este último se forma a partir del nominativo añadiéndole la terminación -n. Los demás casos se designan con la ayuda de preposiciones: le genitivo con de (de), el dativo con al (a o para), el ablativo con kun (con) o por otras preposiciones, según el sentido; por ejemplo: la patr,o->el padre; al la patr,o->al padre; kun la patr,o- >con el padre; la patr,o,n->al padre (acusativo); la patr,o,j,n ->a los padres (acusativo).

  3. El adjetivo se termina siempre en a. Los casos y números son los mismos que para los substantivos. El comparativo se forma con la ayuda de la palabra pli (más), el superlativo con la ayuda de la palabra plej (el más). La palabra que se traduce por ol. Ej.: pli blank,a ol neø,o: más blanca que la nieve.

  4. Los adjetivos numerales cardinales no se declinan: unu 1, du 2, tri 3, kvar 4, kvin 5, ses 6, sep 7, ok 8, naý 9, dek 10, cent 100, mil 1000. Las decenas y centenas se forman por la simple reunión de las diez primeras cifras. Ejemplo: kvin,cent tri,dek tri: 533. Para formar los adjetivos numerales ordinales se añade la terminación de adjetivo. Ejemplo: kvar,a: 4r.. Los adjetivos numerales multiplicativos se forman añadiendo la terminación obl; ejemplo: triobla: triple. Para los adjetivos numerales que indican fracciones se añade -on; para los colectivos -op; para los distributivos se añade la palabra po. Puede haber además adjetivos numerales empleados substantiva o adverbialmente; ejemplo: unu,o: la unidad, du,e: en segundo lugar (segundamente), kvar,on,o: la cuarta parte, du,op,e: de dos en dos, po kvin: cinco a cada uno.

  5. Los pronombres personales son: mi ->yo, vi -> Vd., tú, li ® él, þi -> ella, øi -> ello (para designar animales y cosas), ni -> nosotros, vi -> vosotros, Vds., ili -> ellos, ellas; oni se impersonal. Para formar los pronombres posesivos se añade la terminación del adjetivo. Los pronombres se declinan como los substantivos. Por ejemplo: mi,n -> a mí, me, mi,a® mi.

  6. El verbo no sufre ningún cambio para las personas ni para el número. Ejemplo: mi far,as® yo hago, la patr,o far,as ® el padre hace; ili far,as® ellos hacen.

Formas del verbo.

  1. El presente toma la terminación as, por ejemplo: mi far,as: yo hago.
  2. El pasado se expresa por is. Por ejemplo: vi far,is® Vd. hizo.
  3. El futuro por os; ejemplo: ili far,os® ellos harán.
  4. El condicional por us; ejemplo: þi far,us® ella haría.
  5. El imperativo por u; ejemplo: far,u® haz; ni far,u ® hagamos.
  6. El infinitivo por i; ejemplo: far,i -> hacer. Los participios:

Forma activa:

  1. El presente por ant; ejemplo: far,ant,e® haciendo (gerundio).
  2. El pasado por int; ejemplo: far,int,a® habiendo hecho.
  3. El futuro por ont; ejemplo: far,ont,a® que hará.

Forma pasiva:

  1. El presente por at; ejemplo: far,at,a® hecho, hecha, que es hecho.
  2. El pasado por it; ejemplo: far,it,a® hecho, hecha, que ha sido hecho.
  3. El futuro por ot; ejemplo: far,ot,a® que será hecho.

Todas las formas del verbo pasivo se forman con la ayuda de las formas correspondientes del verbo est (ser) y del participio presente del verbo pasivo dado. Además se emplea la preposición de. Ejemplo: þi est,as am,at,a de æiuj® ella es amada por todos.

7. El adverbio se termina por e. Los grados de comparación son como los del adjetivo. Ejemplo: mi,a frat,o pli bon,e kant,as ol mi® mi hermano canta mejor que yo.

8. Todas las preposiciones exigen el nominativo.

c) Reglas generales.

  1. Cada palabra se pronuncia exactamente como se escribe.
  2. El acento tónico se coloca siempre sobre la penúltima sílaba.
  3. Las palabras compuestas se forman por la simple reunión de las palabras escritas (poniendo la palabra fundamental al final), pero separándolas por comas. Las terminaciones gramaticales se consideran como palabras. Por ejemplo, la palabra vapor,þip,o® el barco de vapor, consiste en las palabras: vapor ® vapor, þip ® barco, o ® terminación que indica substantivo.
  4. Si hay en la frase otra palabra de significación negativa, el adverbio ne se suprime. Ejemplo: mi neni,am vid,is® nunca vi.
  5. Si la palabra designa un lugar hacia donde se dirige uno, toma la terminación del acusativo. Ejemplos: kie vi est,as?® ¿de dónde eres? Ki,e,n vi ir,as? ¿A dónde vas?
  6. Cada preposición tiene un significado constante y determinado; pero si hay que emplear una preposición en un caso en que su elección no emana de la naturaleza de las cosas, se hace uso entonces de la preposición je, que no tiene significación independiente. Ejemplos: øoj,i je tio® regocijarse, rid,i je tio® reírse, enu,o je la patr,uj,o® mal de patria (morriña). La claridad de la lengua no sufre en absoluto, porque en cada lengua se emplea en tales casos una preposición cualquiera, siempre que esté consagrada por el uso. La lengua internacional no hace, en este caso, uso más que de la preposición je. Se puede sin embargo emplear también el acusativo sin preposición en el caso de que no haya un doble sentido a temer.
  7. Las palabras llamadas extranjeras, es decir, las que en la mayor parte de las lenguas se toman de una misma fuente, se emplean sin cambios en la lengua internacional, no tomando más que la ortografía y las terminaciones gramaticales; pero si se encuentran diferentes palabras que tengan la misma raíz, es mejor no emplear más que la palabra fundamental sin alteración y formar las demás según las reglas de la lengua internacional. Ejemplo: tragedio (tragedia) ® tragedia (trágico).
  8. Las terminaciones de los substantivos y del artículo pueden suprimirse y ser substituidas por apóstrofes. Ejemplo: þiller en lugar de þillero, de lmondo en lugar de de la mondo.



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Esperanto España.

Creado Murcia el viernes 26 de septiembre de 1997 a las 22:02:01 utilizando WebEdit 2.03
Actualizado por última vez el lunes 19 de marzo de 2001, a las 11:05 utilizando AceHTML
Leído veces desde el martes 18 de agosto de 1998.















NOTAS.-

NOTA DEL TRADUCTOR.El ejemplo original de Zamenhof era de un español de Madrid. Me ha parecido más oportuno cambiarlo para que el ejemplo tenga sentido, al estar este escrito orientado a españoles. Se puede convencer cualquiera, puesto que junto a este librito se publica un manual completo.

Como se añade a este librito algunos fragmentos que sirven de ejemplo, así como un diccionario, el lector puede hacer la prueba por sí mismo al instante.

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